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Ambigú| Árbitros electorales: salvan a México o salvan sus carreras

En los estertores de esta joven democracia que se construyó en las últimas tres décadas, el futuro del país quedará en la conciencia de las y los 11 consejeros del INE y de las y los cinco magistrados electorales

Por: Martha Elba Torres Martínez

En los estertores de esta joven democracia que se construyó en las últimas tres décadas, el futuro del país quedará en la conciencia de las y los 11 consejeros del INE y de las y los cinco magistrados electorales, más la sexta por un día para calificar la elección presidencial. Difícil su decisión. Porque piensan en México, asechado por el autoritarismo, o en sus proyectos de vida.

Así de simple, pero de trascendente: si ceden a la interpretación “a modo” de la 4T respecto a la sobrerepresentación legislativa, es un hecho que serán bien recompensados con la permanencia en el cargo y/o ascensos para ellos y todas sus parentelas; si se ajustan a la lógica jurídica y matemática, al valor único del voto, serán castigados y sus carreras truncadas. Es la máxima de AMLO: están conmigo o contra mi.

Nadie se equivoca -ni sirios ni troyanos- sobre el papel que jugará la asignación de curules de representación proporcional en la LXVI Legislatura que arranca el 1 de septiembre; en una de esas, ese mismo día, porque Morena en la Cámara de Diputados ya adelantó que saldrá por la vía rápida -directo al Pleno- la reforma al Poder Judicial; y la presión desde Palacio Nacional sobre el INE -que debe antes del 23 de agosto asignar las curules- y el Tribunal Electoral, validar, está no apta para cardiacos.

Al final de cuentas y de cuentos, será una decisión de alcance nacional, e incluso internacional porque nuestro país, por muy soberano que sea, no es una ínsula, está globalizado e interrelacionado, particularmente con Estados Unidos.

En su estrategia discursiva contra jueces, magistrados y ministros, López Obrador retomó anteayer el homicidio de Luis Donaldo Colosio, por el rechazo a una apelación en 2023, de la FGR sobre el caso. “Aunque puede tardar, la justicia finalmente llega”. “En todos los casos tiene que haber justicia. Ya el país está cambiando y la justicia hacia adelante puede tardar, pero va a llegar».

Para que de una vez lo entiendan las familias de 200 mil asesinados y 50 mil desaparecidos y todo aquel que reclame justicia.

Quién sabe si la detención del presunto “segundo tirador” en Lomas Taurinas despeje de una vez por todas el misterio que ha envuelto al caso durante 30 años, pero huele más a distractor político, que a justicia. Como con los restos del tal Catarino Erasmo Garza, el revolucionario desconocido que se fue a perder a Islas de Bocas del Toro, Panamá, hace 130 años. Pero como AMLO escribió un libro sobre este fulano, pues había que ir a buscar sus huesos.

El Presidente ha sido reiterativo en que las y los juzgadores que no están de acuerdo en lo toral de la reforma, que es la elección por voto directo de sus cargos, que renuncien. “Si no quieren

someterse al escrutinio público en un sistema político democrático, ya desde antes hubiesen abandonado su cargo voluntariamente”, dijo en su mañanera del lunes. “No hay que tenerle miedo al pueblo, no hay que tenerle miedo a las reformas y no hay que aceptar chantajes”. Pero no se trata de temor ni chantajes, sino de puritito sentido común.

Hablamos de mil 600 jueces federales y más de seis mil locales, porque la elección por voto, va para todos los tribunales del país, sobre los que tendrán derecho a votar hasta los residentes de las cárceles. ¿O qué, les van a negar el derecho de decidir sobre los que los metieron al bote o a favor de sus defensores que se postulen para el cargo?

De acuerdo al movimiento estadístico (2023, el más reciente) del PJF, ese año comenzó con un registro de 531,571 asuntos en los órganos jurisdiccionales del país, que sumados a 1,473,133 asuntos totales que ingresaron (incluyen los iniciados por acuerdo), representaban una carga de trabajo de 2,025,283 asuntos. A su vez, egresaron 1,413,724 asuntos (que incluyen egresos por acuerdo). (Fuente: https://www.scjn.gob.mx/sites/default/files/informe_labores_transparencia/anexo_estadistico/2023-12/INTRO_2023.pdf)

Entonces, había 610,782 asuntos hasta el año estadístico 2023; en los que están en juego la libertad o prisión, una herencia, la pensión alimenticia o un despido injustificado, hasta los juicios de los grandes evasores fiscales que, de acuerdo al Presidente, se niegan a pagar unos 100 mil millones de pesos en impuestos, como Ricardo Salinas Pliego.

A lo que voy con estos datos, es darnos una idea del impacto en el universo de la impartición de justicia con la reforma de López Obrador. Que si ahora es lenta, “la justicia hacia adelante” que promete con la elección por voto popular de jueces, magistrados y ministros, se pondrá de la retefregada pues los asuntos podrían terminan en miles y cientos de miles de desgracias.

Para AMLO, cualquiera puede ser juez, incluso los egresados de la carrera de derecho. Podemos suponer que piensa que con un cursillo del “Instituto Patrulla” -¿todavía existe?- es suficiente. No importará que sea misógino, deudor alimentario, sociópata o malandro. El fondo es la venganza contra el Poder Judicial y su rol constitucional de contrapeso al Poder Ejecutivo. Por eso quiere la sobrerepresentación legislativa e imponer “su” poder judicial -así, en minúscula-, como lo hace con el Congreso General.

Ya no hay dudas ni hacerle al cuento: la gente votó por la 4, no para elegir jueces, magistrados y ministros, sino en agradecimiento al subsidio bimestral.

Hasta esto lo ve la ministra morenista de la Corte, Loretta Ortiz, que reconoce que no cualquiera puede ser juez por el alto grado de profesionalización que se requiere para el cargo. “Un abogado puede tener diversas especializaciones, y al elegir estos cargos por voto popular, se deben postular perfiles capaces de defender adecuadamente los derechos de la ciudadanía.

Aquí la pregunta es si la reforma judicial traerá más beneficios que perjuicios en el corto y largo plazo, porque son casi 611 mil juicios en curso, y si en una de esas renuncian en masa todos los jueces, magistrados y algunos ministros, pues a ver quién jodidos imparte justicia.

En defensa de sus fideicomisos, la base trabajadora organizó marchas, colocó mantas y se manifestaron afuera de los juzgados para visibilizar su movimiento, pero que tal que cumplan con el paro total de laborales, cierres de ventanillas y a ver quién fregados da curso a lo más elemental, junto con la libertad, de la vida ciudadana, que es la justicia.

A ver, ¿de qué sirven los foros de parlamento abierto? Han surgido infinidad de argumentos convincentes sobre el perjuicio de someter a votación a los jueces, de sus implicaciones en el sistema judicial, pero no escuchan. Lo más que se ha logrado es considerar una sustitución de jueces gradual, pero otros piden que se comience por la cabeza, es decir, las y los ministros disidentes.

De verás que a AMLO le está saliendo de pelos la jugada: se va a ir a “La Chingada” con el control de los tres Poderes, el Legislativo, el Judicial y desde luego, Claudia Sheinbaum…

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Por cierto, parón en seco que le puso la realidad financiera a la futura presidenta, con el apoyo bimestral de tres mil pesos a las mujeres de 60 a 64 años -3 millones-, pues ya no será para todas, sino solo para indígenas y afromexicanas -un millón-, a partir del próximo año.

“Esperamos que para 2026 ya pueda ser universal el programa”, dijo Claudia el lunes que anunció el primer tropezón de la estrategia de control social en los últimos seis años.

En cuanto a la beca universal para educación básica, en 2025 comenzará con los estudiantes de secundaria y hasta 2026, los de preescolar y primaria.

En buena lid, ojalá se pueda, porque los escenarios para México no pintan nada bien.

Por una oreja, prácticamente se da por ganador en noviembre próximo, a Donald Trump, recargado en su supremacismo y ultranacionalismo; parece ser que llega con toda las ganas de regresarle a Estados Unidos toda su grandeza, y nosotros de vecino pobre.

López Obrador dice que es su “amigo”. Pero EU no tiene amigos, tiene intereses, y la economía mexicana no está en su mejor momento, y los problemas cruciales, inseguridad y migración, a la deriva.

Claudia Sheinbaum tendrá que negociar Trump y la agenda de negociación que integre será de vital importancia para el proyecto del “segundo piso”…

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