Por: Rosalinda Cabrera Cruz
La prolongada sequía está perjudicando cultivos de maíz, frijol y chile, además de otras necesarias hortalizas en distintos estados de la república mexicana, incluido Michoacán, propiciando el aumento de los precios de la canasta básica, advirtió a inicios de junio “Por Nuestro Campo”, asociación en la que participan varias organizaciones campesinas del país.
Asimismo, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) de mayo de 2024, la temporada de sequía de este año afecta a 106 de los 113 municipios de Michoacán, con un porcentaje del 93.8 por ciento; según la dependencia, 76 municipios padecen sequía extrema, lo que equivale al 39.6 por ciento; 26 demarcaciones se encuentran en severa con 23.3 por ciento; 26 tienen un índice moderado con 10.9 por ciento; cuatro mantienen clima anormalmente seco con 1.6; y 13 no se han visto perjudicados por el estiaje.
Algunos que se han enfrentado a la falta de agua son Apatzingán, Huetamo, La Huacana, Indaparapeo, Maravatío, Morelia, Ocampo, Pátzcuaro, Queréndaro, Tacámbaro, Uruapan, Zamora, Zacapu y Zitácuaro, informó la institución.

De acuerdo con Nuestro Campo, es previsible un incremento de hasta 30 por ciento en los precios de maíz, frijol y chile que se producen en Michoacán, mientras que el del aguacate, aunque ya registraba un incremento de 25 por ciento, ahora ha descendido ante la crisis de los últimos días con Estados Unidos.
La sequía genera una crisis no sólo en la agricultura, específicamente en productos alimenticios, sino también en el sustento de millones de mexicanos y michoacanos, cuyas labores dependen de esa producción; ante ello, las organizaciones campesinas alertaron sobre el alto riesgo de una crisis alimentaria, y llamaron a un diálogo nacional para acordar una estrategia para afrontar la peor sequía de las últimas décadas.
Sufren los que menos tienen
Los consumidores de menor poder adquisitivo se ven cada vez más imposibilitados para comprar artículos indispensables de calidad para su sustento, y el riesgo de una crisis alimentaria en México aumenta en la medida en que se agrava la sequía; ésta afecta a los productos agropecuarios e incrementa los precios al público; y el gobierno no aplica medidas emergentes para enfrentar estos problemas.
Los consumidores de menor poder adquisitivo se ven cada vez más imposibilitados para comprar artículos indispensables de calidad para su sustento, como ocurre con doña Esther García Ruvalcaba, ama de casa del poniente de Morelia, quien en el mercado de Lucha contra la Carestía localizado en las inmediaciones de la secretaría de Educación señaló que “el aumento de precios nos perjudica, porque el salario sigue siendo el mismo. En mi caso, no tengo un aumento como tal, y tengo una hija; y simplemente para su alimentación escolar gastamos más, porque se le pone fruta, jugo, comida… por ejemplo, los jugos ahorita están casi en 10 pesos, la fruta igual está cara. Entonces, sí es un poco difícil.
“Están subiendo los precios de la cebolla, el jitomate; el limón ahorita cuesta 40 pesos; y ahora, si uno quiere comprar, por ejemplo, chiles morrones, están como en 50-60 pesos el kilo”, lamentó.
El alza de los productos básicos empezó en enero pasado, cuando el kilo de jitomate alcanzó los 70 pesos (hoy está en 25 pesos en el mismo mercado), 25.6 por ciento mayor al de la última quincena de diciembre de 2023; la cebolla también subió, pero sólo el siete por ciento en ese mismo lapso.
En febrero, la inflación se ubicó en 4.40 por ciento y en marzo pasó al 4.42, niveles ligeramente mayores al cuatro por ciento registrado en marzo de 2021, precisa un reporte de la organización civil México ¿Cómo Vamos? divulgado el pasado nueve de abril.
En marzo de este año, la inflación en alimentos fue de 4.79 por ciento, un nivel por encima del general, de 4.42; aunque en el caso de la leche, el alza fue de 5.57 por ciento. Los especialistas de la citada organización revelaron que la inflación en algunos estados fue mayor, como sucedió en Yucatán, donde alcanzó 5.9 por ciento; Michoacán, con 5.3; Oaxaca, 5.1; Colima, 4.9; y Quintana Roo, 4.9 por ciento.

En abril, el nivel inflacionario general llegó a su segunda cifra más alta en los primeros meses de 2024, pues se ubicó en 4.67 por ciento, especialmente en los precios de las frutas y verduras, de acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Pero hubo incrementos específicos muy altos, como el del jitomate, que correspondió a 13.67 por ciento el kilogramo; el chile serrano, 64.42 por ciento; el tomate verde, 24.25 por ciento; y la naranja, 15.17 por ciento. Al finalizar abril, la inflación promedio en el apartado de frutas y verduras fue de 18.57 por ciento, el nivel más alto de los últimos 11 años.
En la primera quincena de mayo, la inflación general resultó en 4.78 por ciento y el promedio de frutas y verduras fue de 19.99 por ciento, cifra que confirmó la tendencia al alza mantenida en los cinco meses anteriores hasta obtener el 4.69 por ciento.
“Nos ha tocado que las lechugas, que están entre 20 y 30 pesos, por dentro están podridas. Entonces ya son 30 pesos tirados, porque así ya no nos sirven”, denunció a este semanario doña Esther.
La tortilla por las nubes
El precio de la tortilla, el producto básico de los mexicanos pasó de un promedio de 15 pesos el kilo hasta 32 pesos, informó el pasado 23 de mayo Homero López, presidente del Consejo Nacional de la Tortilla (CNT), quien detalló que entre 2018 y mayo de 2024, el precio de este alimento aumentó 61 por ciento y advirtió que, a finales de 2024, su precio podría aumentar tres pesos más debido al crecimiento de la inflación general.
El dirigente tortillero advirtió que la inseguridad pública es otro factor importante en el alza de la tortilla, porque al menos el 30 por ciento de quienes se dedican a este negocio es extorsionado por organizaciones delictivas, cuyo número aumentó 11 por ciento entre enero y marzo de este año.
La situación de los agricultores nacionales es aún más crítica; a la falta de una política efectiva de apoyo al campo por parte del gobierno federal, se ha sumado la pérdida de las siembras debido a la sequía y una inesperada medida presidencial sobre los fertilizantes, indispensables para la producción de alimentos.
El pasado ocho de mayo, el Diario Oficial de la Federación (DOF) publicó el decreto del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en el que se ordena la aplicación de un arancel o impuesto de 35 por ciento a la importación de “sulfato de amonio”, un fertilizante usado para producir maíz, arroz, trigo, papa, cítricos, hortalizas, etc.
La secretaría de Agricultura argumentó que, entre 2019 y 2023, las importaciones de este fertilizante se incrementaron de 22 a 51 por ciento y que su aumento dañó a los fabricantes nacionales de agroquímicos. Sin embargo, éstos solamente producen 30 por ciento de los fertilizantes requeridos en México y el 70 por ciento se importa principalmente de países como Rusia (43 por ciento) y China (10 por ciento).
Organizaciones especializadas en materia agrícola destacaron que esta medida agrava los problemas de los altos costos que afectan la producción de alimentos, porque el precio de los fertilizantes importados es más bajo que el nacional, lo que repercutirá en los precios de los alimentos al público. Se calcula que el costo de los fertilizantes impacta hasta en una tercera parte en los precios de los productos alimenticios de mayor consumo nacional: maíz, trigo, arroz y papa.
Ahora bien, durante esta crisis se importan más alimentos, pues México se encuentra hoy cada vez más lejos de alcanzar la “soberanía alimentaria”; uno de los objetivos principales del gobierno morenista consiste en adquirir del exterior aproximadamente 50 por ciento de los productos comestibles a precios de dólar, especialmente a Estados Unidos y ahora que el dólar se ha desplomado…
Importaciones más costosas
El 26 de junio de 2023, el departamento de Comercio del gobierno de Estados Unidos reveló que, en 2022, las importaciones de México crecieron 46.2 por ciento respecto a las de 2019; y que nuestro país se había convertido en su principal comprador de alimentos.
Se debe destacar que el gobierno de AMLO destinó 28 mil 190 millones de dólares (mdd) principalmente a la compra de maíz (4.9 mil mdd), soya (3.6 mil mdd), carne de cerdo (1.7 mil mdd); trigo (1.5 mil mdd) y leche (1.3 mil mdd).

Un informe del 9 de julio de 2023 (hace casi un año), difundido por el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas reveló que 56 por ciento (es decir, uno de cada dos kilos de granos básicos, maíz, trigo, etcétera, consumidos en el país) era importado.
Durante la Convención Anual de la Industria Cárnica 2024, efectuada el 16 de febrero en Cancún, Quintana Roo, el presidente del Consejo Nacional Agropecuario, Juan Cortina, anticipó un nuevo incremento de 15 por ciento en las importaciones de granos y oleaginosas durante 2024, puntualizando que este incremento se debe a la caída en la producción de alimentos básicos en el país, afectada por la sequía y la falta de apoyos gubernamentales al campo por parte del gobierno de Morena, resaltando que el 60 por ciento de quienes se dedican al cultivo de granos y oleaginosas, productos de alto consumo en México, no reciben apoyo efectivo de la actual administración federal.
El temporal… sin agua
Las sequías impactan anualmente sobre el territorio nacional por estas fechas; pero en 2024 se han intensificado de tal forma que, a decir de los expertos, en estados como Michoacán han superado a las registradas en los últimos 40 años. La insuficiencia de agua perjudica especialmente a los cultivos de temporal, porque carecen de sistemas de riego territorial o artificial.
“Aquí, las siembras son de temporal, no hay (sistemas de) riego… ya estamos acostumbrados, por años, a que la naturaleza no nos falla; aquí el día 15 de mayo empiezan las lluvias; empieza a llover y ya se va hasta noviembre, y lógicamente se va rehidratando el suelo… ahorita la naturaleza nos ha fallado”, lamentó Leocadio Ramírez Quevedo, productor de maíz de la Morelia rural, hacia Teremendo.
“No estamos acostumbrados a estos extremos. La sequía de este año es extrema; y como no tenemos los insumos suficientes, ni la infraestructura necesaria para riegos y todo eso, no podemos regar”, explicó Ramírez.
“Aquí ya empiezan a manifestarse pérdidas por la sequía; se nos seca la plantita, se va secando poco a poco, aunque sea resistente; pero con esta sequía extrema, se va secando. Ahorita ya llevamos aproximadamente 15 por ciento de pérdidas en la plantación”, dijo el productor maicero.
Al cierre de esta edición, la sequía cubría casi todo el territorio michoacano; el delegado en Michoacán de la Conagua, Jesús Camacho Pérez, precisó que las 24 presas del estado han disminuido un cinco por ciento su capacidad de almacenamiento, tan solo en los primeros cuatro meses del 2024.
Esto se debe a la falta de precipitación pluvial que se registró en 2023 y que tuvo un promedio de 800 milímetros anuales, situación que tuvo un decremento de más del 50 por ciento este año con únicamente 384 milímetros.
La entidad se divide en dos regiones: la Balsas y la Lerma-Chapala; en la primera, las presas tienen un porcentaje del 60 por ciento, mientras que la segunda es del 55 por ciento, lo anterior, indicó el funcionario, influye en que el vital líquido no llegue como antes a los ocho distritos de riego, debido a que “reducimos el volumen entregado a las superficies de siembra; sí afectamos a la agricultura, pero esto nos ha permitido que las plantas hidrológicas y los cuerpos de agua no estén más abajo”, concluyó.
El pasado ocho de junio, el Monitor de Sequía del Servicio Meteorológico Nacional reportó que, hasta el 31 de mayo, el 89.58 por ciento del territorio nacional se hallaba con algún grado de sequía; y que solamente 10.42 por ciento se mantenía sin afectaciones. El informe, actualizado cada 15 días, detalló que el nivel de sequía era de 56.64 por ciento al 29 de abril y que dos semanas después, el 15 de mayo, la sequía afectaba ya al 70.76 por ciento del territorio nacional.
El mismo 8 de junio, el Servicio Meteorológico Nacional aseguró que la insuficiencia de lluvia afectaba al 100 por ciento de la superficie los estados de Chihuahua, Aguascalientes, Ciudad de México, estado de México, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Querétaro y Sinaloa y de acuerdo con información de la primera reunión ordinaria de la Comisión Intersecretarial para la Atención de Sequías e Inundaciones en este año, entre el 1° de enero y el ocho de abril de 2024 hubo un déficit de 30.3 por ciento en la precipitación de agua de lluvia respecto al promedio observado entre 1991 y 2020.

A su vez, la secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, en su reporte Almacenamiento de Agua en Presas de Uso Agrícola, informó que, al 20 de mayo, de las 138 presas de la república, 52 registraban niveles abajo de 20 por ciento; 49 tenían entre el 20 y 50 por ciento; únicamente 37 estaban arriba del 50 por ciento y las ubicadas en la región noroeste se mantenían con bajos e históricos niveles de 11 por ciento.
La organización civil Por Nuestro Campo precisó que, en ese sentido, de febrero a la fecha en Michoacán, el promedio del nivel de presas ha disminuido un 22.8 por ciento, luego de que, a finales de febrero, se tenía un 52.5 por ciento en las 23 presas consideradas en la medición.
Conforme al reporte, solamente seis presas se encuentran con niveles arriba del 50 por ciento: la José María Morelos y Pavón que está al 97 por ciento de llenado actual, mientras Infiernillo registra el 53 por ciento, Pátzcuaro el 52 por ciento, Tepuxtepec el 51, San Juanico y Agostitlán se encuentran al 50 por ciento, respectivamente.
El resto de las presas están por debajo del 50 por ciento de su capacidad, como la Melchor Ocampo que registra un 46 por ciento de llenado, Zicuirán tiene el 41 por ciento, mientras que El Bosque y Jaripo registran un 33 por ciento cada una. Cointzio y Sabaneta están al 29 por ciento, respectivamente, Los Olivos al 27 por ciento, Urepetiro al 28 por ciento, Tercer Mundo se encuentra al 21 por ciento, Malpaís está al 19 por ciento y Pucuato se encuentra al 17 por ciento.
Finalmente, son seis presas las que registran niveles por debajo del 10 por ciento y son: Aristeo Mercado, Copándaro y la Guaracha, cada una se encuentra al 8 por ciento de llenado, mientras que Laguna del Fresno registra un 4 por ciento, De Gonzalo un uno por ciento y Los Ángeles tiene cero por ciento.