Por: Rosalinda Cabrera Cruz
El clima en el mundo sin duda ha estado cambiando, los impactos de ello se están viendo en México: primero con las más fuertes sequías registradas en décadas y ahora con una temporada de huracanes temprana, cuyos fenómenos se intensifican en cuestión de un par de días, trayendo consigo precipitaciones pluviales que inundan espectacularmente los puntos que tocan.
Los responsables de esto son dos fenómenos que ahora preocupan seriamente a los investigadores y estudiosos del tema; primero fue El Niño, muy seco, y ahora viene con mucha agua la traviesa Niña, cuya aparición es difícil de predecir.
Esta nace a raíz de un proceso donde existe un enfriamiento anómalo en el océano Pacífico, lo que genera cambios en cómo se mueven las masas de aire, y esto va afectando de manera diferente cada etapa climatológica del planeta, favoreciendo la formación de altas lluvias en algunas áreas o sequías extremas en otras.
Es parte de un fenómeno conocido como El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), el cual se divide en dos fases: en la primera llega el Niño, donde se presenta un calentamiento anómalo en el océano Pacífico; después llega La Niña, a la que acompaña un enfriamiento anómalo en el mismo océano.
El conocimiento en materia meteorológica es muy avanzado, pero hasta ahora no se puede precisar con muchos meses de anticipación cuándo se formará y cómo evolucionará. No obstante, sí se sabe que no es raro que este fenómeno tenga tres episodios continuos, ya que en el pasado esto ha ocurrido al menos unas tres veces desde que los registros se iniciaron en 1959.
Llega el muy peligroso Beryl
Este joven huracán (al que antecedió Alberto con mucha agua y un relativo alivio a la intensa sequía que se dejó sentir en México) se espera que llegue con fuerza este fin de semana impactando con la categoría dos o uno en municipios de Quintana Roo; la meteoróloga Berenice Peláez, del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), en entrevista explicó que está relacionado con los fenómenos de El Niño y La Niña.
Se estima que ésta última comience a desarrollarse entre los meses de julio y septiembre con un estimado del 85 por ciento de que se mantenga hasta noviembre de este año o enero de 2025. La intensidad y desarrollo de los huracanes asociados con ella, de acuerdo con la especialista, dependen de la temperatura del océano.
Consideró que debido a esto se tendrán fenómenos “mucho más organizados y mucho más intensos en el caso de La Niña, lo que ocasiona que se favorezca el fortalecimiento de las temperaturas de forma indirecta, siendo más cálidas en el Atlántico en comparación con las del Pacífico. Es decir, tendríamos más energía que alimenta los sistemas de lado del Atlántico”.
La entrevistada reconoció que hay “un cierto grado de incertidumbre” para hacer los pronósticos, e indicó que con el área de Climatología y el Centro Nacional de Desastres, se trabaja de manera conjunta para poder determinar el inicio de la temporada de huracanes, su desarrollo, así como la intensidad o la degradación de estos.
Añadió que el número de huracanes o la intensidad de estos no siempre pueden adjudicarse al calentamiento global, ya que para eso se necesitaría hacer un estudio detallado y de varios años para poder determinar que pudiera ser un factor para asociarlo.
La especialista indicó que Beryl se encuentra catalogado como huracán categoría 4 en la escala Saffir-Simpson y se ha localizado en el Mar Caribe; hasta ahora mantiene su desplazamiento hacia el oeste-noroeste con trayectoria hacia la península de Yucatán, pero se espera que impacte al país en dos ocasiones; la primera la noche del jueves 4 de julio o la madrugada del viernes 5 en la península de Yucatán, para desplazarse nuevamente al mar, lo que le haría retomar fuerza e impactar como tormenta tropical entre los límites de Veracruz y Tamaulipas.
La estrategia para enfrentar y prevenir los daños causados por el huracán incluye un monitoreo constante para poder hacer las previsiones sobre el nivel de intensidad que pueda presentar o incluso degradarse hasta la fase de tormenta tropical, con el objetivo de que las autoridades y población puedan elaborar un plan de acción para el caso de tener que desalojar las zonas donde impactará el fenómeno.
¿Por qué la preocupación?
La rápida evolución de Beryl a huracán categoría 4 preocupa hoy a los expertos, quienes advierten que no es una buena señal para la temporada; su acelerada intensificación es una señal sombría para el resto de la temporada de huracanes en el Atlántico, que aún está a meses de alcanzar su pico más alto.
Las señales de alerta en apenas dos días, pues pasó de ser una depresión tropical sin nombre a un huracán de categoría 4, lo hizo el segundo más poderoso en la escala de cinco niveles de Saffir-Simpson y cabe destacar que es la primera vez que una tormenta alcanza esa fuerza en el año desde que se tienen registros que se remontan a 1851.
Beryl es el último indicador de cómo el calor extremo provocado por el cambio climático está generando desastres meteorológicos en todo el mundo. La zona del Atlántico entre el Caribe y las islas de Cabo Verde, cerca de África, donde han nacido los peores huracanes de la historia, no suele entrar en erupción hasta mediados de agosto o más tarde.
Sin embargo, este año, las temperaturas oceánicas anormalmente altas están proporcionando combustible para que las tormentas peligrosas se formen antes. Beryl también es inusual porque se convirtió en un huracán importante mucho más al sur y al este de donde suelen desarrollarse tormentas tan fuertes, lo que le dio más tiempo para fortalecerse, a medida que cruza las cálidas aguas del Caribe y el Golfo.
Normalmente, las tormentas que se forman a principios de la temporada de huracanes, que comienza el 1 de junio, no son muy potentes y tienden a desarrollarse a partir de sistemas meteorológicos que se desplazan desde América del Norte y hoy ocurrió lo contrario.
Cómo le irá a México
El SMN ha estimado que a las olas de calor que se han registrado en las últimas semanas en el territorio mexicano le seguirán los efectos del fenómeno de La Niña; según la Organización Mundial Meteorológica (OMM), los efectos de cada evento de La Niña pueden variar de intensidad, duración y momento del año en el que se desarrollan. Sin embargo, especialmente en las regiones de los trópicos, La Niña produce impactos climáticos opuestos a los de El Niño.
Aunque ambos fenómenos son naturales y cíclicos, la OMM ha alertado que ahora tienen lugar en el contexto de la emergencia climática, que está aumentando las temperaturas globales y afectando los patrones de lluvia y temperatura estacionales.
Este 2024, La Niña se desarrollará tras nueve años en los que se han registrado las temperaturas más altas; las predicciones incluyen efectos típicos: lluvias por encima de lo normal en el extremo norte de Sudamérica, América Central, el Caribe, el norte del Cuerno de África y el Sahel, partes del suroeste de Asia y el centro del archipiélago marítimo.
Por lo tanto, en México se esperan lluvias intensas; en sus previsiones para este año, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha estimado que la temporada de lluvias, ciclones y huracanes será más activa que el año anterior debido a la influencia de La Niña, así que las autoridades esperan para el Pacífico entre 15 a 18 ciclones tropicales, lo cual se apega a la media histórica; sin embargo, en el Atlántico prevén la formación de entre 20 y 23 ciclones, un aumento del 50 por ciento en relación a otros años.
De ese total, entre ocho y 13 podrían convertirse en huracanes y entre cuatro y siete podrían transformarse en huracanes de gran magnitud. Los nombres de la temporada de huracanes del Atlántico para 2024 serán Alberto, Beryl, Chris, Debby, Ernesto, Francine, Gordon, Helene, Isaac, Joyce, Kirk, Leslie, Milton, Nadine, Oscar, Patty, Rafael, Sara, Tony, Valerie y William. Estas denominaciones (para el caso de que se produzcan) son proporcionadas por la OMM; denominar a cada uno ayuda a la hora de enviar las alertas.
El mayor número de huracanes importantes en una sola temporada en el Atlántico ha sido de siete, observados tanto en 2005 como en 2020 y el pronóstico actual sugiere que 2024 podría acercarse a esa cifra.
La temporada de lluvias 2024 dio inicio oficialmente el pasado 15 de mayo en el océano Pacífico y el 1 de junio en el Atlántico, por lo que México se verá afectado por potentes tormentas y huracanes debido al impacto de los fenómenos descritos, según advierten las previsiones de la OMM y cómo ya se está viendo actualmente en el Caribe.
Esta situación climática plantea un escenario de precaución para las autoridades y la población, ya que las lluvias intensas pueden ocasionar inundaciones y deslizamientos de tierra, especialmente en zonas propensas a estos fenómenos. Además, el fortalecimiento de la temporada de huracanes implica la necesidad de estar preparados ante la posibilidad de que se generen tormentas de gran intensidad en algunas regiones.
A protegerse
La peligrosidad de los fenómenos climatológicos que se avecina ha llevado a que la secretaría de la Defensa Nacional anunciara, junto con el Ejército, la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional, que ya se activaron los planes DN-III-E y GN-A para apoyar a la población una vez que toque tierra Beryl en los estados de Campeche, Quintana Roo y Yucatán.
En Yucatán, informó la dependencia que se tienen ya 120 albergues preparados para que las familias que tengan que ser evacuadas cuenten con un refugio seguro, además, de que se encuentran listos dos mil 392 militares del Ejército y Fuerza Aérea y dos mil 501 elementos de la Guardia Nacional.
Señaló también que en la zona se contará con dos cocinas comunitarias con capacidad para preparar seis mil raciones de comida caliente diaria, además de que ya está en el lugar maquinaria pesada, cisternas para agua con capacidad de 10 mil litros, ambulancias militares, camiones de volteo de carga y montacargas para su empleo inmediato para remover los escombros que deje a su paso el ya próximo huracán.
Aseguró que este martes se envió un avión C-130 “Hércules” de la Fuerza Aérea Mexicana al Aeropuerto Internacional de Chetumal, Quintana Roo, a personal, despensas, material y equipo para el establecimiento del Centro Coordinador de Operaciones DN-III-E y GN-A contra Huracanes Península de Yucatán, con el que también se hará un puente aéreo y terrestre permanente con aeronaves de la Fuerza Aérea Mexicana y tractocamiones del Ejército Mexicano y Guardia Nacional.
Finalmente, indicó que como “situación de alerta”, en el Valle de México se cuenta con mil 334 elementos de la Fuerza de Apoyo para Caso de Desastres, del Batallón de Atención a Emergencias, aeronaves y helicópteros de la Fuerza Aérea Mexicana, contando con más de 15 mil despensas y 123 mil litros de agua embotellada de la reserva estratégica de la Secretaría.
Y mientras tanto, ¿qué ocurre en Michoacán? Con el propósito de detectar áreas de riesgo y evaluar los protocolos de preparación y respuesta frente al inicio de la temporada de lluvias y ciclones tropicales en Michoacán, se congregaron en reunión en Morelia autoridades de los tres órdenes de gobierno.
Durante la doceava reunión de Coordinación para el Inicio de la Temporada de Lluvias y Ciclones Tropicales 2024, las autoridades de Protección Civil del estado presentaron los avances de los atlas estatales y municipales de riesgos, que ha permitido identificar las zonas susceptibles de ser afectadas por fenómenos hidrometeorológicos; ahí mismo, informaron sobre las medidas preventivas y de preparación que se llevan a cabo en la región para mitigar riesgos, centrándose especialmente en las áreas más vulnerables.
Con la presencia de autoridades de la Coordinación Nacional de Protección Civil, fueron expuestas las actualizaciones al protocolo de actuación ante amenaza de huracán en territorio nacional, diseñado para guiar las acciones de las autoridades de los tres órdenes de gobierno.
En el ámbito de las acciones de preparación, se puso énfasis en la relevancia de los boletines emitidos por el Sistema de Alerta Temprana para Ciclones Tropicales (SIAT-CT), a través de los cuales se difunde información sobre los fenómenos hidrometeorológicos a las unidades de protección civil estatales, a las dependencias del gobierno federal y a la sociedad en general, con el objetivo de aumentar el conocimiento sobre el riesgo. El SIAT-CT abarca tanto la aproximación como el alejamiento del fenómeno, lo que permite una preparación más efectiva ante posibles amenazas.
Cabe hacer mención de que ante la llegada primero de los huracanes Alberto y ahora de Beryl, con sus pronósticos de fuertes e intensas lluvias para todo el país, no existen recursos etiquetados de parte del gobierno federal en caso de desastres naturales.
El Fonden fue uno de tantos fondos que desaparecieron al pasar por la votación irresponsable de Morena, PT y Verde al decidir sobre ellos. Desde entonces, no se ha logrado poner otro fondo de ayuda a los estados que durante los últimos años han sufrido desastres naturales de diferentes tipos, aun cuando se ha intentado legislar al respecto.
Además de eliminar el recurso económico, la Ley de Protección Civil a nivel federal también sufrió cambios, los cuales dejaron desamparados a los estados en casos de grandes emergencias; más allá, se cambió la Ley de Protección Civil de tal forma que se dejó a los estados a su suerte, pues ya no son responsables legalmente de temas de protección civil desde la federación con respecto a los estados.