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Michoacán, donde los santuarios se olvidan

Michoacán posee un territorio rico en paisajes naturales y fauna diversa.

Por: Rosalinda Cabrera Cruz

Michoacán posee un territorio rico en paisajes naturales y fauna diversa. Los santuarios, llamados así por ser el lugar preferido para algunos animales silvestres, son perfectos para que el hombre perciba las maravillas de su entorno, y la geografía michoacana hace gala de ello; los avistamientos logran acercar más al ser humano a la naturaleza, algunos en una temporada específica y otros durante todo el año.

En la entidad se da relevancia a únicamente 3 de esos santuarios, si embargo existen varios más que, al no tener reconocimiento ni apoyo gubernamental, no son plenamente impulsados ni difundidos entre los amantes de la fauna silvestre, perdiendo así una oportunidad grandiosa e inolvidable de deleitarse con ellos.

La reserva de la biósfera de la Mariposa Monarca, declarado como Patrimonio de la Humanidad en 2008, es uno de los tesoros de Michoacán más hermosos por su peculiar luz tenue, humedad, viento sosegado en los bosques de abetos y oyameles. Este santuario es visitado por las peregrinas anaranjadas que vienen de lejos, y se instalan exhaustas en la Sierra Chincua, El Rosario o Piedra Herrada. Hacen su aparición a finales de octubre las primeras colonias hasta principios de abril, cuando emprenden el camino de regreso al norte.

Con una extensión de 56 mil 259 hectáreas, esta reserva de biosfera se sitúa en medio de montañas con mucha vegetación a unos 100 kilómetros al noroeste de Ciudad de México. Las montañas de esta reserva de biosfera albergan una variedad de microclimas y numerosas especies endémicas de flora y fauna. Cada otoño, millones o quizá un billón de mariposas monarcas procedentes de extensas áreas de América del Norte anidan en pequeñas zonas del bosque de esta reserva, tiñendo sus árboles de color naranja.

Literalmente, el peso de tantas mariposas llega incluso a plegar las ramas. En la primavera boreal estas mariposas comienzan una migración de ocho meses hacia toda la parte oriental del Canadá. Durante un período de cuatro generaciones consecutivas nacen y mueren. Aún se ignora cómo logran encontrar su camino hasta el lugar de hibernación.

Es una reserva declarada como tal por el gobierno federal el 30 de septiembre de 1986, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 9 de octubre del mismo año, siendo presidente de la república Miguel de la Madrid Hurtado y secretario de la SEDUE Manuel Camacho Solís.

Esta reserva no es un área compacta, sino que se presenta en “manchones” conocida en sus diferentes porciones como Sierra Chincua, Sierra el Campanario y Cerros Chivati-Huacal en los municipios de Ocampo, Angangeo, Zitácuaro y Contepec del estado de Michoacán; en el estado de México, la zona conocida por Cerro Pelón en los municipios de Donato Guerra y San José Villa de Allende y Cerro Altamirano en Temascalcingo.

La mariposa requiere de factores ambientales favorables como son agua, silencio absoluto y limpieza de las zonas de hibernación, por lo tanto, se recomienda que los visitantes

no lleven aparatos de sonido o cualquier aparato que los emita, conservar los riachuelos y arroyos, no tirar basura y elementos tóxicos que dañen a la misma. En esta zona se localizan manantiales naturales que proveen de agua a los arroyos existentes.

Las pacíficas tortugas

Colola, Maruata e Ixtapilla, entre otras, no sólo son bellas playas para pasar las vacaciones en grandiosos hoteles y comer pescado fresco en la costa michoacana; también albergan a miles de tortugas (principalmente negras y golfinas, aunque eventualmente se pueden observar las enormes laúd), que año tras año llegan a ellas para desovar.

Al ser el sitio predilecto de las tortugas para depositar sus huevos, hacen que asistir los últimos meses del año sea inigualable por los centenares de crías que nacen y se desplazan con dirección al agua.

En todo el mundo existen ocho especies de tortugas marinas reconocidas, de ellas, siete llegan a México y tres han tomado las playas michoacanas como su casa: golfina, gigante o laúd y tortuga negra; en las playas mexicanas las crías de tortugas recorren cortos pero peligrosos viajes para llegar al mar, como es el ciclo de vida de todas las especies.

Octubre constituye una temporada ideal para visitar la costa michoacana porque tiene lugar el nacimiento y liberación de dichas especies de tortugas, prácticamente todos los días del mes, aunque su arribo comienza entre junio y septiembre.

Mientras la tortuga golfina desova principalmente en las playas de Ixtapilla, Colola y Maruata, la tortuga laúd, también llamada gigante, llega de octubre a abril, pero a las playas de Mexiquillo y Caleta de Campos. Estas dos especies se reproducen en distintas playas del Pacífico, pero la tortuga negra lo hace solo en Michoacán y desova durante octubre en las playas de Colola y Maruata.

En las costas michoacanas se ubican sitios considerados por la federación como santuarios de la tortuga marina, animales ancestrales que han habitado la Tierra los últimos 100 millones de años y son fundamentales para mantener el equilibrio ecológico.

El llamado de expertos hacia la población sigue siendo el mismo: difundir la conciencia sobre la protección del hábitat natural de las tortugas y a las propias especies, además de generar una profunda reflexión ante los desafíos que enfrenta este animal para su supervivencia frente al propio ser humano.

Isla de Petatán se viste de blanco en invierno

Dicha isla se ubica en el lago de Chapala, al occidente de Michoacán y los hermosos pelícanos conocidos como “borregones” llegan ahí cada invierno desde Canadá; son puntuales a su cita para pasar en el lugar la temporada desde mediados de octubre hasta marzo.

La gente de la región los ha llamado borregones, pero para la ciencia su nombre es Pelecanos Erytorynchos. Miden alrededor de 50 cm de altura con la envergadura de 70 cm de extremo a extremo de sus alas y un peso aproximado de 8 a 10 kg.

Los primeros registros formales que se tienen del fenómeno migratorio son de hace apenas 12 años, aunque los pobladores de la rivera refieren que saben del caso desde hace más de 50. Igual que en lo que toca a la mariposa monarca, los pelicanos blancos llegan a Michoacán procedentes de Canadá.

Una característica peculiar del espectáculo que ofrecen estas aves, es la formación lineal que toman las bandadas en vuelo, especialmente cuando lo hacen en baja altura. La pequeña isla de Petatán es el principal lugar donde se agrupan alrededor de dos mil pelícanos

y este sitio se ubica a unos 300 kilómetros de Morelia, en el municipio de Cojumatlán de Régules, a tan solo 140 kilómetros de Guadalajara.

Actualmente los pescadores del lago alimentan por cuenta propia a los borregones con las casi cuatro toneladas sobrantes del pescado que filetean diariamente para su comercialización; son ellos quienes, cada atardecer, llevan los esqueletos a la orilla de un muelle que construyeron especialmente para las aves y es entonces cuando de manera respetuosa se interrelacionan con los animales, pues se dejan acariciar sin perturbarse.

Y tenemos a los poco comprendidos murciélagos

Michoacán tiene 70 especies de murciélagos por su variedad de regiones, según informó Ericka de la Peña, investigadora doctorante del Instituto de Investigaciones sobre Recursos Naturales (Inirena) de la Universidad Michoacana. La entidad tiene la ventaja de contar con una región costera, es decir, la región más tropical, y además la región de la meseta y es ahí donde se puede encontrar una diversidad grande de especies de murciélagos.

En las zonas tropicales, señala la especialista, generalmente los murciélagos son un poco más grandes, se alimentan de frutas, son polinizadores y además son dispersores de semillas. Hacia la zona de la meseta purépecha se pueden encontrar murciélagos que son un poco más pequeños y que comen insectos, e indicó que un murciélago puede llegar a comer su peso en insectos durante una noche, Quizá pueda parecer poco, porque pesa unos 10 gramos, sin embargo, dijo, la ventaja es que pueden formar colonias de millones de individuos que cada noche comen millones de insectos por noche, y eso es un servicio ecosistémico que costaría una cantidad impresionante de dinero, cuando los murciélagos lo realizan simplemente porque es parte de sus actividades.

En distintos puntos de la geografía michoacana, los murciélagos han establecido importantes colonias, como es el caso de las grutas de la Tziranda, en las cercanías de Ciudad Hidalgo e incluso en cuevas de la localidad de Tiristarán, que forma parte del municipio de Morelia; estas últimas albergan por lo menos 5 especies de murciélagos que son importantes en el ecosistema.

Pese a que hay poca información de las cuevas, se sabe que por lo menos se conocen dos, y en una de ellas habitan cinco especies de murciélagos con diferentes hábitos alimenticios, por ejemplo, tres se alimentan del néctar de las flores, mientras que dos son insectívoras; aquí llegan colonias migratorias a reproducirse y luego migran al norte a tener sus crías y formar colonias de maternidad.

Aunque los murciélagos que habitan en las cuevas han sido estudiados, poco se sabe de esta cavidad natural del terreno causada por algún tipo de erosión de corrientes de agua o lava.

En peor situación de estudio se encuentra el santuario de las cuevas de La Tziranda, en las cercanías de Ciudad Hidalgo, donde según los últimos estudios se encontraron 23 especies de murciélagos, y que, pese a su importancia, ya que son únicas en América Latina, no han merecido el apoyo gubernamental para su estudio, protección y cuidado, sobra decir que este santuario no se encuentra abierto al público.

Llegamos a las luciérnagas

El nuevo santuario de las luciérnagas se encuentra ubicado en la comunidad de El Llanito, cerca de Tlalpujahua, donde se destinaron cerca de 10 hectáreas para la observación y preservación de estos insectos, gracias a que este lugar cuenta con una densa vegetación,

espejos de agua, y campos con cultivos de maíz que lo hacen el espacio ideal para estos animalitos.

La investigación de este parque se desarrolló durante dos años, en los que un estudio científico conjunto por parte de la UMSNH y la Universidad de Guanajuato permitió que en este espacio se desarrollara un proyecto de turismo sustentable.

Es así como el acceso a este nuevo parque es solo para aquellos que respeten el reglamento y que vayan acompañados de un guía, entrando al lugar en los horarios específicos. Además, los visitantes no pueden llevar lámparas, hacer ruido y se les prohíbe tirar basura.

En este nuevo santuario se pueden observar hasta tres morfoespecies de lampíridos: Pyropiga sp y Photinus sp y una más que está por determinarse. Este sitio llevará beneficios a los habitantes de Tlalpujahua, que es conocido por la venta de esferas navideñas, ya que se atraerá turismo a la zona durante la temporada que para ellos era baja, entre los meses de mayo y agosto.

Para este año, como parte del proyecto Luciérnagas Michoacán, se van a colocar termómetros para conocer algunos datos relativos a la temperatura de los lugares en relación con este insecto y se buscarán desde estos sitios la categoría de santuario para su protección.

Lo anterior fue señalado por Edson Téllez, representante de Los Ailes, en El Llanito, quien informó que esta colocación de termómetros la van a realizar bajo la tutela de Cisteil Xinum Pérez, experta en biodiversidad de insectos e investigadora en la UMSNH.

En el marco de una rueda de prensa para dar a conocer el inicio de la temporada de avistamiento de la luciérnaga en Michoacán, Edson Téllez destacó que, aunque es una problemática nacional la falta de lluvias, ya han estado presentes en estos sitios, lo cual es bueno para este insecto.

Explicó que estos termómetros van a ayudar a dar información sobre el clima en la zona, en los tres avistamientos de Tlalpujahua, es decir, Los Ailes, Ecoturismo San Vicente y Santuario Janikua, donde van a realizar monitoreos constantes, y con ello tendrán a la brevedad información precisa.

Lo anterior es relevante porque se requiere saber exactamente lo relativo a las características en cuanto a la situación climatológica, y la sensación térmica que ellas necesitan, que es muy importante en el tema de la conservación.

Manifestó que quienes están encargados de estos sitios de avistamiento, han empezado a hacer equipo, ya lo hicieron en el tema de la difusión, “ahora nos toca en los próximos meses sentarnos a dialogar para pedir la mesa de entendimiento con la secretaría de Medio Ambiente y poder ir trabajando”.

Reconoció que hasta la fecha no han tenido ningún acercamiento con esta secretaría, sin embargo, sí están interesados para incluso buscar que se declare santuario de este insecto a esas zonas, lo cual va a ayudar a la conservación. “Haremos esta sugerencia en la mesa con los sitios que estamos involucrados, y con la investigación del proyecto Luciérnagas Michoacán para que podamos solicitar este apoyo”, expresó.

Es así como el mencionado Pueblo Mágico ahora también tendrá un santuario de luciérnagas, como el cercano de las mariposas Monarca, el cual estará abierto al público desde finales de junio hasta finales de agosto, aunque a veces pueda extenderse a septiembre, dependiendo de las lluvias.

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